TAREA 8: Sanar. Tomar distancia.
Hubo una constante, desde el inicio, en todo nuestro proceso
de duelo; y fue la transformación inmediata de nuestra relación con la
naturaleza.
Esta nueva mirada sobre las montañas, los árboles, los
pájaros u otros animales que nos rodeaban, comenzó a significar un pequeño y
útil espacio de paz en medio de nuestro dolor.
Existía una necesidad inmediata y permanente de alejarnos y
perdernos en medio del canto de un pájaro, la llegada de una mariposa a nuestra
casa, la neblina bajando por entre las montañas, el sonido de la lluvia sobre
la ventana, el sol golpeando nuestro rostro, la mirada inocente de un perro… en
fin, la naturaleza comenzó a ser el lugar seguro donde reposar el dolor y la
tristeza. En medio del abrazo de la naturaleza se olvidaban los odios y existía
un proceso de SANACIÓN total que nos congraciaba con el universo.
De alguna forma, cada uno de nosotros, en nuestra particular
y única manera de aceptar esta comunicación, comenzó a entender mensajes que comprendíamos
como respuestas concretas y directas a las múltiples preguntas que nos formulábamos
ante la muerte de Hugo Alejandro. Con frecuencia, los duelistas relacionan a su
ser querido con alguna parte de la naturaleza: una mariposa, un pájaro, una
mascota. Y a través de ellas logran entablar extrañas y profundas
conversaciones que generan paz en sus corazones. Nuestro caso no fue la
excepción. Unos tres o cuatro meses después de su muerte, comenzamos a experimentar
diferentes situaciones relacionadas con mi hermano y un pechirrojo. Seguramente
nuestra elección (o su elección, no lo sé) no fue fortuita. Los colores
predilectos de él eran el rojo y el negro. Las cortinas de su cuarto, el cubre
lecho de su cama, todo tenía como denominador común estos dos colores; luego
era fácil relacionar a este peculiar, imponente y solitario pájaro con mi
hermano.
Una vez mas no busco dar explicación a nuestras experiencias.
Pero si quiero contarles los avances que tuvimos en nuestro proceso de duelo a
través de la especial atención que comenzamos a tener ante los diferentes
regalos que nos brindaba la naturaleza.
La muerte de mi hermano trajo consigo una mayor conciencia
de nuestro entorno. El solo hecho de salir un día triste de casa y descubrir
que frente a nosotros nos esperaba, o se atravesaba volando un pájaro con sus
colores, era motivo de tranquilidad y reconciliación con la vida. Un simple
fenómeno de relación y “casualidad” que permitía que el dolor se aplacara.
Lo curioso de todo esto es que comenzamos a ver que ahora prestábamos
mayor atención a estos detalles que antes carecían de importancia. Estábamos más
pendientes de la lluvia, o del sol… de la temperatura del día, del sonido del
río. En relación con lo que veníamos trabajando en el capítulo anterior; su
muerte nos obligó a estar más presentes y valorar este presente no solo desde
nuestro interior, sino, sobre todo, a través de nuestro entorno.
No solo en nuestro caso. Durante todos estos años
acompañando a familiares que han atravesado procesos de duelo, hemos notado la
importancia que representa, durante la TAREA de sanación, el volver a descubrir
que nuestro entorno, más que gris tiene un fondo verde y azul.
Tu proceso de SANACIÓN debe incluir el retorno a la tierra y
la consciencia de la naturaleza conjugada con su cuidado. Regresar a volver a
sentir el viento que golpea tu piel permite establecer momentos de paz y armonía
que abren espacio a la posibilidad de comenzar a curar las heridas. Es en el sonido de los animales y el movimiento de los árboles gracias al viento que
encontramos respuestas que van más allá de nuestro natural rencor. La sanación
es posible a través de estar TOTALMENTE PRESENTES. La muerte es posible gracias
a la VIDA; y es a través de ella donde encontramos respuestas.
DECIDE buscar espacios en el día donde puedas encontrar esos
instantes de contacto directo con tu entorno. Date la oportunidad de escuchar
la naturaleza y sus respuestas para permitir tu SANACIÓN.
Julián Castelblanco
Al leer sentí lo que hemos vivido mi familia y yo. Y si, necesito encontrar esa paz con la naturaleza. Muy reconfortante es saber que que existe esa sanación. Mil gracias
ResponderEliminarDiana, muchas gracias por tu comentario. Nos alegra que de alguna manera, este camino pueda ser una opción que te permita reconstruir tu vida y la de tu familia nuevamente
EliminarMi hijo murió hace14 meses y desde el primer día todas las tardes me siento en.el patio de mi casa a mirar el atardecer las estrellas y la luna al anochecer. En la mañana escuchó el cantar de las aves. Esto me reconforta mucho y me da fuerzas para continuar.
ResponderEliminarExcelente compartir, muchas gracias. La naturaleza siempre es una respuesta para aquel que decide VERLA.
EliminarCierto debemos ver desde otro punto la separacion
ResponderEliminarHace un mes mi pequeña Valeria trascendió y a partir de ahí todos los días viene un pajatito verde con negro y se posa en las ramas del jardin y canta !!!
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