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¿Qué soy? El Pechi, un mensajero de amor.

¿Qué soy? El Pechi, un mensajero de amor.   Cuando encuentro el momento de evocar la esencia de un ser querido, aprovecho la oportunidad de comunicar una opción que me parece oportuna para todo duelista que se enfrenta a su proceso emocional y no encuentra paz.   Mi vuelo y mi canto quieren comunicar que el camino está en la capacidad que tengamos para intuir en las decisiones, la intención de integrarnos al universo desde la conciencia de los sentidos y la oportunidad de sentirse parte integral de la naturaleza, del universo. Hacerle caso al corazón cuando quiere llorar; pero también, escuchar el deseo ineludible de poder volver a reír. Siento que la risa, junto al llanto, me permiten transmitir que todo está bien, que la vida, poco a poco, vuelve a retomar su rumbo, ahora con mayor fuerza y con mayor sentido.   No soy tu ser querido… soy su fuerza, su intensión, su deseo de acompañar tu proceso, de fortalecer tu carácter, de naturalizar la importancia de tus emociones…

El pechi comenta..."decidí vivir mi duelo llorando de noche y viviendo de día..."

  EL PECHI COMENTA: ●        Nuestra buena amiga Ale Muro nos comenta:   “Yo decidí vivir mi duelo llorando de noche y viviendo de día. Retomé mis actividades, me di cuenta de que al morir mi hijo, se fue alguien muy importante para mi, pero también tengo a mi lado personas que son igualmente importantes. Mucha gente no entiende y piensa que no duele lo suficiente, tan solo porque no te ven derrotada. Al contrario, me ven seguir adelante. Igual que Chatita, pienso que, si mi hijo era luz, yo por qué me tengo que apagar.” Querida Ale:   Me parece una excelente opción: “llorando de noche y viviendo de día”. Si estamos viviendo un duelo significativo por la muerte de un ser querido muy importante para nosotros, llorar es una manifestación muy válida y sanadora, pero, por otra parte, un ser querido no muere dejándonos la orden de sufrir por el resto de nuestros días. La muerte de un ser querido puede ser un reto o una condena y eso lo decidimos cada uno de nosotros, desde lo más

Las creencias limitantes para la elaboración del duelo Por: Jennifer M. Pérez Rivera, PhD

Las creencias limitantes para la elaboración del duelo Por: Jennifer M. Pérez Rivera, PhD j.mperezriv@gmail.com   A lo largo de la vida atravesaremos un sinnúmero de experiencias o sucesos, que pueden ser buenos o difíciles. Algunos de estos son inevitables y universales, como la muerte de un ser querido. Particularmente, perder un ser querido requiere afrontar la pérdida y elaborar el duelo. Este proceso dependerá en gran medida de las creencias que se tienen sobre sí mismo, la muerte y el duelo. A su vez, estas creencias se fundamentan y nutren de múltiples factores como la crianza, la cultura y la sociedad.             Las creencias sobre algún suceso, en este caso la muerte y el duelo, pueden ser proactivas o limitantes. Por un lado, las creencias proactivas se dirigen a elaborar el duelo de forma saludable y transformar la relación con el ser fallecido. Por otro lado, las creencias limitantes sobre el duelo abonan a un proceso más complicado y difícil, donde puede verse esta

LO QUE NO TIENE NOMBRE: EL DUELO POR LA MUERTE DE UN HIJO Por: Psico. Milena Casas

LO QUE NO TIENE NOMBRE: EL DUELO POR LA MUERTE DE UN HIJO Por: Psico. Milena Casas ps.casascastromilena@gmail.com Por lo general, uno de los argumentos que tienen sobre su duelo los duelistas que han perdido un hijo, es que su pérdida no tiene nombre y esto hace más difícil el poder aceptar lo sucedido.   ¿Cómo voy a superar este dolor, si ni siquiera puedo nombrarlo? Al que pierde sus padres se le llama huérfano, el que pierde su pareja es un viudo/a. Estos dos, son los nombres más conocidos y utilizados para una pérdida específica. Sin embargo, considero que más que un nombre, es un estado o situación momentánea que define estos dos tipos de pérdida. El viudo/a, cuando rehace su vida, deja de ser viudo, ya sea porque tiene una nueva pareja, o porque simplemente decidió continuar con su proyecto de vida y darle un nuevo sentido a su existencia, por lo que es probable que él o ella dejen de sentirse como un(a) viudo(a) o que la sociedad deje de verlo de esta manera. Si perdemos

LOS MITOS EN TORNO AL DUELO Por: Beatriz López

LOS MITOS EN TORNO AL DUELO Por: Beatriz López Chatalopez2@hotmail.com   Mis queridos amigos y amigas:   Hoy quiero compartirles cómo fue mi duelo, frente a los mitos existentes en mi entorno y qué tanto daño nos pueden hacer en esta dura etapa de nuestras vidas.   Siempre guardé la imagen de mi madre y de mis tías cuando murió mi abuela. Estaban vestidas absolutamente de negro, yo tenía 12 años y aún no contaba con la suficiente madurez para comprender, por qué cuando alguien moría en la familia, todo era negro y oscuro. Simplemente así debía ser y punto.   Cuando muere mi hijo, mucho tiempo después, tuve que enfrentar esa decisión. Para mi, era terrible pensar en vestirme de negro para conmemorar la muerte de mi hijo, a quien ahora imaginaba vestido de luz y vida. Un muchacho que siempre fue risa y alegría; eso no me cabía en la cabeza. Nunca me gustaron los formalismos ni las imposiciones. ¿Acaso el color puede marcar la intensidad de mi dolor? ¡No!, además, estaba s

Los mitos del duelo Por: Julián Castelblanco

Los mitos del duelo Por: Julián Castelblanco julian@cuandoelduelopregunta.com Como respuesta al fuerte impacto emocional que produce una pérdida significativa, y a las frecuentes “preguntas sin respuesta” que este impacto genera, los seres humanos hemos construido mitos y ritos que buscan apaciguar y acompañar el proceso emocional, buscándoles una explicación sustentada en la tradición o la interpretación de algunas convicciones espirituales, religiosas, sociales y culturales. A veces estas creencias nacen con la intención, no solo de amortiguar este impacto emocional, sino también con el propósito de generar caminos de reflexión y comprensión que, muchas veces, contribuyen a la elaboración del duelo. Sin embargo, algunas otras costumbres son el resultado de nuestra incapacidad de acompañar o manejar nuestras emociones, ocultando así la raíz del problema y creando caminos alternos de evasión que, con el tiempo, resultan ser perjudiciales para el proceso de duelo. Me permito brind

El pechi, un mesajero de amor. ¿Reír?, no puede ser.

  ¿Reír?, no puede ser. El “Pechi” comenta   La vida es, en sí misma, una montaña rusa de emociones. Hagamos un ejercicio hoy, antes de acostarnos, tomémonos 5 minutos para ubicar las emociones que nos acompañaron durante el día. Un poco de pereza al despertarnos, quizás nos invadió un sentimiento de no querer levantarnos. Minutos después, tomamos energía y decidimos pensar que hoy, todo iría muy bien. Nos sentimos animados y, al meternos a la ducha, encontramos que la batería del calentador estaba baja. No había agua caliente. Esto nos produjo rabia y nuestro ánimo volvió a caer. Pero quizás, cuando el agua fría penetró nuestros músculos, sentimos una inyección de vitalidad… gritamos, nuestro cuerpo se movió a través de saltos en busca de calor y salimos del baño con una nueva sensación.   Nos sentamos en la mesa, tomamos un café bien cargado y, mientras mirábamos por la ventana, sentimos un poco de calma… Seguramente no ha pasado más de una hora y hemos atravesado, al menos