Tarea 15: Aprender. Balance.
Su muerte ha sido el acontecimiento más intenso, cruel,
injusto, absurdo y doloroso de mi vida. No quisiera que nadie tuviera que atravesar
por el proceso que mi familia y yo tuvimos que pasar. Enterrar a un hijo, o a
un hermano, en medio de lo mejor de su vida, después de haber demostrado bondad
y humanidad en cada una de las personas que tuvo la oportunidad de conocer.
Despedirlo una mañana camino a sus estudios universitarios para más tarde
reencontrarlo en una Unidad de Cuidados Intensivos mientras se hacen cuentas de
los daños que las balas produjeron en su cerebro y se termina deseando su
muerte como la mejor opción, es una experiencia que no agradezco ni entiendo
como parte de una sociedad que se dice civilizada.
Sin embargo, a pesar de este sentimiento firme y claro; las
evidencias muestran que años más tarde, su partida construyó resultados que, en
medio de la tragedia, dieron frutos sorprendentes que hoy terminan evidenciando
un balance constructivo para mi existencia. No puedo compararlo con mi vida
junto a mi hermano; porque sencillamente no sé como hubiera sido; pero si puedo
examinar que pasó después de su muerte y si fue posible ver colores diferentes
al negro para mi vida.
Gracias a esta experiencia, conocí personas que hoy se cuentan como mis amigos incondicionales y que, de alguna manera, fueron protagonistas de mis perdones y mi crecimiento espiritual. Incluso, aquellos que hoy son mis compañeros de vida, leales y absolutos; nunca conocieron a mi hermano, pero no dudo que sus vidas y sus decisiones cotidianas, están atravesadas por él y mi experiencia de duelo.
Mi esposa, quien tuve la fortuna de conocer muchos años
después de esta experiencia; hoy entiende, acepta y disfruta la posibilidad de
saber que Hugo Alejandro está siempre presente en los momentos claves de
nuestra vida. A veces, le pedimos consejo o ayuda, o incluso llegamos a sorprendernos
o preocuparnos cuando a través de un pájaro o el simple hecho de recordarlo o
soñarlo puede estar anunciando acontecimientos claves de nuestra vida familiar.
Mi relación con la música y su impacto en mi vida juvenil
junto a “sus” amigos, “mis” amigos y “nuestros” amigos, se afianzó y se
convirtió en eje central de innumerables momentos de alegría, en los cuales evocamos
su recuerdo con el convencimiento de saberlo siempre presente.
Momentos de peligro, duda, enojo o indecisión… en todos
ellos siempre ha estado la sensación (que no podría describir detalladamente
con palabras) de poder contar con su apoyo. Es una presencia libre, que me
permite ser y acceder al error; con la que puedo actuar con independencia pero
que, al mismo tiempo, siempre está atenta a brindarme una salida o simplemente
un abrazo más real del que pudiera contarles en este texto.
La vida ha continuado siendo injusta en muchas ocasiones;
nosotros, seguimos nuestra lucha con nuestros defectos y errores; pero el
balance de su muerte y su impacto en nuestras vidas es, sin lugar a dudas,
positivos a pesar del absurdo o injusto hecho de su partida.
Hoy puedo decir con tranquilidad que su muerte no fue en
vano, que su ausencia no nos dejó inmersos en una caja oscura y sin sentido.
Todo lo contrario. Los 15 años que viví junto a él; el amor que construimos
como familia en medio de su presencia, justificaron el resto de nuestra
existencia y nos dieron la oportunidad de replantear nuestro sentido de vida;
buscando un camino diferente que pudiera dignificar el corto tiempo que disfrutamos
juntos.
Esta TAREA 15 entonces, y la última de nuestra propuesta,
consiste en APRENDER. Hacer un nuevo alto en el camino para realizar un balance
de lo que ha significado la muerte de tu ser querido y cómo, has podido o no,
tomar las decisiones indicadas para que su partida sea un nuevo punto de inició
que dignifique tu vida y te permita reconstruir tus valores. Estoy seguro que
su muerte trajo consigo nuevas perspectivas. Detente un momento, evalúalas y
permítete aprender.
Julián Castelblanco
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