¿TENGO DERECHO A MOMENTOS FELICES DURANTE MI DUELO? Por: Lic. Geuyeny G. Gamero Gómez

Por: Lic. Geuyeny G. Gamero Gómez
Neuro Energy Coach.
geuyeny.gamero.04@gmail.com
 

 

Para responder a esta interrogante, primero debo dar una mirada hacia lo más profundo de mi Ser, y definir: ¿qué es para mí un derecho?, es decir, como lo considero desde mi interior. En segundo lugar: ¿qué es la felicidad para mí? Y en tercer lugar: ¿cómo quiero vivir mi duelo?

 

Mi duelo que es mío, que es único y diferente, que no se parece a ningún otro duelo, ni mío ni ajeno. Las respuestas a estas tres preguntas deben ser elaboradas de manera subjetiva, sin ningún tipo de influencia u opinión externa, en pocas palabras, sin importar lo que piensen los demás. "Ojo" (esto no quiere decir que mi duelo deba hacerlo solo) ¡de ninguna manera! Esto quiere decir, que las personas que me acompañan NO DEBEN JUZGAR MIS DECISIONES

 

La sociedad nos impone en muchas ocasiones, ciertas normas de conducta, o tipos de comportamiento que son catalogados como correctos o adecuados; pero que, en ciertas circunstancias, como es el caso de los duelos, van en contra de nuestra salud mental porque dejan de lado la gestión de las emociones, lo cual genera el surgimiento de sentimientos de culpa que nos llevan a quedarnos atrapados en situaciones de angustia y tristeza permanente. El duelo no se hace para torturarnos, censurarnos ni juzgarnos, el duelo se hace para SENTIR Y EXPRESAR desde el alma y con el corazón abierto, todos aquellos sentimientos que surgen de nuestro Ser, desde los más tristes, dolorosos y desgarradores que nos arrastran a la angustia y desesperación, hasta los más bellos, tiernos, sublimes y alegres, que poco a poco y tomando las DECISIONES  correctas nos llevarán a conseguir un estado de Paz y Felicidad.

 

¡Así es la vida! Y ¡Así es la muerte! Llenas de alegría, dulzura y felicidad y llenas de tristeza, amargura y soledad.

¡Qué curioso es esto! ¡Me ha salido en verso! y sin proponérmelo, pues así son ellas, siempre juntas de la mano van.

 

¿Recuerdas cuántos momentos de felicidad viviste al lado de tu ser querido que ya no está? ¿Has notado, como de manera inconsciente se dibuja una hermosa sonrisa en tu rostro, cada vez que esas vivencias vienen a tu memoria?

 

Pues, de esa misma manera viene ahora a mi memoria cuando mi madre murió, hace muchos años. Mis hermanas y yo nos fuimos a la playa unos días después de su funeral. Estábamos allí sentadas en la arena, sumamente tristes, observando el mar, llorando y lamentando su tan prematura partida en manos de una cruel enfermedad. Nos hacíamos las típicas preguntas: ¿Cáncer? ¿Por qué? Así pasamos horas, y de pronto sin darnos cuenta, estábamos riendo todas, recordando su manera de ser, sus chistes, sus juegos, sus cuidados, su amor incondicional, sus enseñanzas, los valores y todo lo hermoso que dejó en cada una de nosotras. Fue increíble ¿cómo pasamos del llanto a la risa? En ese momento entendimos que dónde quiera que ella se encuentre, ahora estará feliz cada vez que nos vea sonreír. Esa tarde regresamos a casa con nuestros corazones llenos de Amor y Paz.

 

Para finalizar, quiero invitarte con todo el respeto, a vivir intensamente tu duelo, a sentir profundamente tu dolor y tu tristeza; pero, de la misma manera y con la misma intensidad vive y siente tus momentos de felicidad, ya que es la mejor manera de honrar a tu ser querido y demostrarle que su paso por este plano terrenal no fue en vano y que su amor y su energía se quedaron en tu corazón y allí  vivirán por siempre.

Comentarios

  1. Querida Geu, ciertamente lo que describes es como siento deberían ser nuestros duelos, aunque muchas veces las historias de algunas personas no son tan bonitas como las de los demás, en mi caso la mía es muy especial; mamá falleció hace años por cancer y nuestro padre hace pocos días (diría horas) en ambos tengo historias muy bonitas que atesorare siempre, doy gracias por tener a 2 excelentes seres humanos como padres, la verdad un lujo de padres tuve, se que ahora no podré tenerlos en manera física pero ahora están en todos lados donde nosotros estemos, solo queda agradecer por enseñarnos a ser quienes somos, personas de bien donde seguiremos sembrando esas semillas que ellos solían sembrar. Atte. Ennio Olmedo

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  2. Así es mi querido amigo Ennio, solo nos queda honrarlos, haciendo visible todo lo bueno y bonito que dejaron en nosotros. ¡Gracias por tu bello comentario!

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