“ME DA VERGÜENZA ESTAR HABLANDO DEL FALLECIMIENTO DE MI HERMANO...". Respuestas a tus preguntas.

EL PECHI COMENTA

Muchas gracias por sus interesante preguntas y comentarios que nos han hecho llegar. Quiero hacer referencia a tres de ellos:

 

Mónica Aragón Rodríguez nos comenta:

“A MÍ DA VERGÜENZA ESTAR HABLANDO DEL FALLECIMIENTO DE MI HERMANO HACE 2 MESES, PORQUE SIENTO QUE ABURRO”.

 

Laura Torres nos comparte:

“PERDÍ A MI ESPOSO HACE 4 AÑOS. SENTÍA UNA NECESIDAD MUY GRANDE DE EXPRESAR, PERO CON EL TIEMPO ME DI CUENTA QUE NO A TODOS LES IMPORTA NUESTRO DOLOR…, HASTA QUE IDENTIFIQUÉ CON QUIÉN SÍ Y CON QUIEN NO”.

           

Maya Aventuras agrega:

“YO CREO QUE, AL EXPRESAR LAS EMOCIONES, LAS VOLVEMOS SENTIMIENTOS Y SI EMPEZAMOS A TOMAR DECISIONES. NOS VOLVEMOS DUELISTA…”

 

Es verdad Mónica. En ocasiones, al expresar nuestras emociones podemos percibir que estamos aburriendo a la persona que nos escucha. Eso puede suceder algunas veces, pues la negación de la realidad sobre la muerte, está presente en algunas personas, aún desde antes de que hayan experimentado una pérdida significativa como la muerte de un ser querido. Otras, es posible que hayan fortalecido su actitud de negación, porque vivieron una pérdida y no la quieren aceptar y finalmente; hay muchas personas para quienes el tema de la muerte no es un tema “agradable” de tratar e incluso lo consideran de “mal gusto”, si por alguna casualidad se trata en una reunión informal.

 

Esto hay que entenderlo y no hay ninguna razón para que nos genere vergüenza hablar de lo que sentimos ante el fallecimiento de un ser querido; simplemente quiere decir, como nos comparte Laura, que hemos elegido a la persona equivocada.

 

Afortunadamente, cada día son más las personas que están tomando consciencia sobre la importancia de comunicar las emociones y sentimientos que experimentamos durante un duelo. Encontrarás en nuestro chat: “Las 15 Tareas del Duelo”, una maravillosa cultura que se ha venido formando en torno a esta importante decisión.

Como nos comparte Maya, “al expresar las emociones las volvemos sentimientos”, esto significa que al enriquecer con palabras lo que estamos sintiendo, las emociones que son sensaciones caóticas, de corta duración, pero difíciles de precisar, se tornan sentimientos. Un sentimiento cuando está plenamente identificado, es más perdurable que la emoción que lo generó y entonces es posible que podamos precisar: cuándo, dónde y cómo lo experimentamos.

Lo anterior nos permite ampliar la comprensión que tengo del sentimiento pues las nuevas palabras que le he agregado me ayudan a entender que todos los sentimientos son útiles, son sanos. Solamente cuando se exacerban, es decir, cuando su expresión está fuera de lo que vivimos a diario (fuera de lo normal), nos generan dolor. Se trata entonces de “normalizarlos” para que continúen siendo nuestros aliados.

Un ejemplo de lo anterior podemos encontrarlo en el sentimiento de Tristeza. Este, por ejemplo, nos permite mostrarnos vulnerables ante una experiencia de dolor y esto trae como consecuencia que invitemos a quienes están en nuestro entorno a brindarnos ayuda. La Tristeza, despierta en quienes la observan el maravilloso sentimiento de la Compasión. Sin embargo, cuando la Tristeza alcanza un alto nivel de expresión puede convertirse en amargura, melancolía e incluso depresión con sus correspondientes consecuencias incluso a nivel somático. Una reflexión similar podríamos hacer sobre otros sentimientos que acompañan el duelo: la culpa, el miedo, el enfado, etc.

Que nunca nos avergüence expresar nuestra emociones y sentimientos esa en una de las formas como los “Duelistas” nos batimos en duelo con el dolor para aprender de él y finalmente vencerlo.

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