EL PECHI COMENTA - respuestas a TUS preguntas

 

EL PECHI COMENTA

Ruby Soraca Diaz nos hace llegar el siguiente comentario:  

“En este proceso de duelo, uno extraña los detalles del ser amado; más, si era un ser tan especial, un hombre atento que me preparaba la comida y cuando yo enfermaba, estaba dispuesto a atenderme. Un ser que era un gran anfitrión, le encantaban estas fechas, decorar la casa, organizar la celebración de las navidades…, no quiero que lleguen estos días, quiero tomarme una pastilla y despertar cuando todo esto haya pasado…, de mi cabeza no salen sino recuerdos desde el 24 de marzo.”

Ruby es muy significativa la forma como te refieres a tu compañero y esposo. Sin duda alguna, estamos en presencia de un ser muy especial, de esos que siempre dejan huella por donde transitan en la vida, y cuando deciden trascendernos, nos dejan un maravilloso legado. Su vida no solo no ha sido en vano, sino que permanece para siempre en valores, imágenes y gratos recuerdos.

Es tiempo de decidir aceptar ese legado en plenitud. No importa qué tan bien te desempeñes en la cocina, qué tan buena anfitriona eres o qué tanto te encanten estas fechas. Lo importante es que ahora tu serás la encargada de mantener viva su memoria. No para hacer todas estas cosas como él las hacía, sino para hacerla diferentes, pero igualmente llenas de amor y compromiso.

Es tu turno de servir y amar. No te quedes dormida en estas navidades, al contrario ahora es cuando más despierta debes estar. Él te animará e inspirará desde lo más profundo de tu corazón.

Martha María Ahumada nos comparte:

 

“Mi hija se fue hoy hace 9 meses. Era mi compañera, mi polo a tierra, mi fiesta y mi desorden, mi todo. No sé como vivir en navidad. No se cómo sacar su ropa y organizar su habitación de otra forma.”

 

Martha María, nos dices que tu hija se fue hace 9 meses. Si deseas que no se vaya lejos de tí, ofrécele un cálido albergue en tu corazón. Desde allí, seguirá siendo tu compañera, tu “polo a tierra”, pero también “tu polo de contacto con lo eterno”. Será también tu fiesta y tu desorden, cuando tú lo decidas. Lo único que ya no será es: “tu todo”.

 

Aceptarás que puedes vivir en plenitud sin su presencia física y que no colocarás la razón de tu vida sobre los hombros de una persona, por mucho que la ames o precísamente porque la amas mucho. Tu hija y tú son seres libres que se seguirán amando con amor incondicional, que no requiere la presencia del amado para encontrar el sentido de sus vidas.

 

Apóyate en alguien de tu familia o en amigos que te amen, para organizar su habitación. Ordena y arregla su ropa con amoroso cuidado. Algunas de esas prendas podrás regalarlas a familiares o relacionados que seguramente las apreciarán. Otra puedes venderlas, si es necesario, o donarlas a un orfanato, una escuela, una iglesia o un centro de ayuda social. Luego puedes redecorar su habitación y dedicarla a algo que sea útil para la familia: un cuarto de estudio, de trabajo, de música, de ejercitación, una biblioteca, etc. No permitas que ese lugar se convierta en un símbolo de la “momificación” de tu duelo al no promover su cambio. Tómate el tiempo que sea necesario para esta decisión, pero decíde finalmente hacerlo.

 

José del Real nos comparte una bella y madura decisión:

 

“Mi hijo murió hace 6 años y tuvimos que aprender que él sigue aquí. Sabemos que el dolor estará con nosotros pero no podemos detener la vida y ahogarnos en el sufrimiento. Celebraremos estas navidades como ellos lo harían ya que mi marido murió en marzo de este año. ¡Él también estará en este festejo de navidad!

 

Muchas gracias José por compartirnos tan importante decisión. Cada vez que tomamos decisiones proactivas, estamos contribuyendo a sanar nuestro dolor. El dolor de duelo no es para siempre, aunque la relación que tenemos con nuestros seres queridos nunca termine.

¡Celebren estas navidades: “como ellos lo harían” y sin duda vuestra casa se llenará de luz y mucho amor!

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